.

 
A pesar de los conflictos internos que marcaron el segundo y último año de la existencia del 'Grupo Swing', en los meses finales de 1993 y primeros del 94 realizamos muchísimas actuaciones de una calidad extraordinaria que no dejaba de aumentar. Las razones del altísimo nivel que llegó a adquirir el grupo hay que buscarlas en una serie de circunstancias casuales que no creo que vuelvan a repetirse. Por un lado la mayor parte de los integrantes del grupo llevábamos entre 3 y 4 años recibiendo clases y actuando, lo que nos daba una base técnica y unas tablas en el escenario poco comunes en un grupo de aficionados. Por otra parte, el empuje y la ambición de los más jóvenes —en particular Rafa y yo, siempre dispuestos a buscar nuevos retos dentro del baile— exigía lo máximo del resto e incentivaba a Estrella, que cada vez hacía coreografías y espectáculos más complejos. Y por si fuera poco, entre los miembros del grupo había mucha gente que bailaba bien y tenía talento en otros campos, lo que contribuyó a forjar la identidad del grupo.

Con el dinero que nos pagó 'La Real' y lo que cobramos por otras actuaciones, además de comprar vestuario y efectos de maquillaje, decidimos invertir una parte en la construcción de una imagen corporativa para el grupo que nos ayudara a darlo a conocer. Yo me ocupé del diseño, ya que esa era mi profesión en aquella época, y otros miembros se encargaron de organizar mailings y contactar con instituciones que pudieran estar interesadas en nuestras actuaciones. Después de crear el logo y su imagen gráfica, desarrollé toda una estrategia de merchandising canalizada a través de la academia que incrementó la fama y popularidad del grupo. En su momento teníamos de todo: tarjetas, sobres, papel de cartas, pegatinas, camisetas y hasta pins con el anagrama del 'Grupo Swing'. ¡Todo el mundo quería tener el pin!

Con todos estos objetos comerciales no pretendíamos lucrarnos —de hecho, las camisetas y los pins, los productos estrella, se vendían en la academia a precio de costo—, sino dotar al grupo de una entidad propia y facilitar su identificación por el público. Ambos objetivos se cumplieron de sobra y el 'Grupo Swing' llegó a ser muy conocido y famoso en Gijón y toda Asturias, ya que salimos varias veces en la prensa y radio regionales, además de actuar en Avilés y Piedras Blancas, entre otros sitios.
.

.


PEQUEÑO HOMENAJE AL LEGENDARIO 'GRUPO SWING'

Algunos de los miembros del 'Grupo Swing' posando con su habitual falta de seriedad. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es. El legendario pin del 'Grupo Swing', un auténtico objeto de colección. Haz clic para ampliar. BAILAFACIL: lo mejor para bailar en Gijón.
Sobre estas líneas, la tarjeta del grupo, varios de sus integrantes tras una actuación y su icónico pin, hoy objeto de colección.

Esta especie de conga lo formaba parte del espectáculo 'Tanguera', solo es otra de las tonterías que solíamos hacer antes y después de las actuaciones. Haz clic para ampliar. Yo, con la camiseta del grupo, y Raul, tras la actuación en Piedras Blancas. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es. Reseña en La Nueva España de la inauguración del centro social y nuestra actuación, con foto del tango que bailamos Marta y yo. Haz clic para ampliar.
Diversas actuaciones del 'Grupo Swing' a lo largo de 1993 y 1994. Arriba, imágenes del espectáculo 'Tanguera' y de una exhibición en la inauguración de un centro social en Piedras Blancas, reseñada en el diario La Nueva España. Bajo este texto, 3 fotos de 'La boda', la obra que representamos en el Teatro de la Universidad Laboral el Día Internacional de la Danza 1993 en colaboración con otras escuelas de baile.

El vestuario y la ambientación de 'La boda' estaban sumamente cuidados, algo habitual en nuestros espectáculos en aquellos años. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es.
.

Por desgracia, el propio éxito del grupo contribuyó a precipitar su caída. Diversos problemas y malentendidos entre nosotros acabaron por arrastrarnos a un callejón sin salida: algunos integrantes queríamos seguir aumentando el nivel del grupo y ampliar nuestro campo de actividades mientras otros preferían mantener la cosa a un nivel más local y pequeño, con menos complicaciones.

No hubo manera de llegar a un acuerdo y el 'Grupo Swing' se disolvió a mediados de 1994. Con su desaparición también llegó el final de la edad de oro del baile en Gijón porque pocos meses antes 'La Real' había cerrado definitivamente sus puertas y aquel mismo verano Rafa y yo abandonamos la academia tras deteriorarse de forma irreversible nuestra relación con Estrella. El final de 'La Real' estaba cantado por las circunstancias que ya expliqué en el anterior capítulo de este culebrón, y de hecho, unos meses antes de que cerrase yo ya había abandonado la nave. Desde que el 'Grupo Swing' declinó continuar su relación con la discoteca, yo era el encargado de dirigir la sesión de bailes de salón y la cosa iba razonablemente bien, pero a principios de 1994 estuve dos meses sin ir a la sala —me había roto un tobillo jugando al fútbol— y cuando me reincorporé todo había cambiado.

La dirección de la empresa empezó a dar bandazos y en sucesivas semanas lo mismo compartíamos nuestro horario con unas orquestas cada vez peores que con Juan y sus dominicanos. Sí, el mismo Juan que ahora está en 'Mi Momento' y hace poco en el 'Cachamba'. Ya sabéis, merengue a mansalva. El matrimonio del baile de salón (que yo siempre he entendido que es música variada y de calidad) con este tipo de gente no era posible y terminé por dimitir. Poco después, la sala cerró definitivamente. Nosotros volvimos a hacer fiestas en el Rocamar, donde Ismael nos recibió con los brazos abiertos y tuvo el buen gusto de no comentar nada sobre el año y pico que hacía que no nos veía.

Pero no todo fueron malas noticas en 1994. Rafa y yo insistimos en presentarnos a diversos concursos, a pesar de nuestras malas experiencias previas y acabamos por ganar alguno. ¡El que la sigue, la consigue! Además, en uno de ellos conocimos a un tío que bailaba de una manera alucinante. Fue en el concurso de salsa y merengue que organizó (es un decir) la Semana Negra el verano de 1994. La organización era un caos, como de costumbre, y estábamos aburridos y quemados cuando vimos una pareja que bailaba rock'n'roll en otra caseta. ¡Madre mía! Ella no bailaba demasiado bien, pero él nos dejó completamente impactados. Era un estilo brusco y violento, bastante macarra para decirlo claramente, pero tenía ritmo. ¡Vaya si lo tenía!

En cuanto acabó, nos presentamos por el morro y de esa manera conocimos a Jose y Carmen. Jose, a quién desde el principio bautizamos como Jose JIVE, nos contó que había aprendido a bailar así en Inglaterra y que allí llamaban a ese estilo 'Le Roc'. Carmen era su pareja de baile en aquel momento, ya que el tío viajaba mucho y sólo estaba en Gijón de paso. A Rafa y a mí nos había encantado aquel estilo y Jose se mostró dispuesto a enseñarnos, así que al día siguiente ya estábamos en un bareto intentando aprender aquel baile alucinante.
.


SEPTIEMBRE DE 1994: APRENDIENDO 'JIVE' EN QUINTUELES
.
Jose y Carmen haciendo un espectacular paso de jive durante la grabación de uno de los vídeos que usábamos luego para aprender Rafa y yo. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es.
Al dejar la academia, tuvimos que buscarnos la vida y empezar a bailar donde podíamos. En este pequeño almacén de la casa que tenían en Quintueles los padres de Rafa dimos nuestros primeros pasos con el JIVE. ¡Eso es afición, amigos!
.

El baile JIVE tiene cientos de pasos y su método de aprendizaje (totalmente distinto al del baile de salón) no es nada sencillo, de modo que aquel día no conseguimos sacar mucho en claro, pero Jose nos dejó un vídeo con algunas secuencias de movimientos. Poco después se marchó de viaje y no volvimos a verle hasta unos meses después.

Rafa y yo estábamos entusiasmados con aquella nueva forma de bailar rock y practicamos como posesos. Cuando Jose volvió en septiembre, flipaba con todo lo que habíamos progresado. El había estado dando clases varios meses en 'La Arponera' y ninguno de sus alumnos había aprendido prácticamente nada. Como tenía que irse de nuevo, no pudo darnos ni siquiera una clase esta vez, pero hicimos un vídeo con más de 70 pasos nuevos y nos corrigió un poco el estilo, con lo cual tuvimos para darle un nuevo empujón a nuestra afición.

Desafortunadamente, en la academia no cayó demasiado bien nuestro interés por el JIVE. A muchos compañeros no les gustaba —básicamente, porque ellos no sabían; ya había ocurrido lo mismo con las acrobacias— y a Estrella no le hacía gracia que bailáramos de forma distinta a la que nos había enseñado ella. Siempre defenderé el baile de salón como base de aprendizaje: yo empecé con él y creo que es el mejor modo de iniciarse en el baile, pero el JIVE me abrió los ojos a otras formas de bailar que a menudo encajan mejor con la música que utilizan.
.


ARQUEOLOGIA NOCTURNO-MARCHOSA EN GIJON: ARPONERA
.
 
Arqueología nocturno-marchosa en Gijón: Arponera. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es.
.
 

Marqués de San Esteban 62

ARPONERA > REGENTE

COMENTARIO: Sólo incluyo este discopub aquí porque fuimos con Jose JIVE a bailar en él un par de veces. Tiene dos pisos, con una pequeña pista de baile en el de arriba. Cuando cambió de Arponera a Regente, Rafa estuvo dando clases allí un tiempo y también fuimos a bailar alguna vez sin que la cosa prosperase demasiado. Los que lo llevaban siempre fueron gente que cambiaba de idea a menudo. Es un bar bonito y con posibilidades...

 

En fin, ese y otros conflictos acabaron por hacer que Rafa y yo decidiéramos abandonar la academia. Fue un triste final para nuestra relación con Estrella, con la que habíamos compartido muchas cosas durante los 4 años que estuvimos recibiendo sus clases. Dos últimas actuaciones pusieron el broche de oro a nuestra contribución a los espectáculos de baile dirigidos por ella: la actuación fin de curso en el Ateneo de La Calzada y la participación en un festival benéfico organizado por Proyecto Hombre en la Plaza de Toros de Gijón en julio de 1994.

La actuación fin de curso fue con mucho el espectáculo de mayor nivel que realizamos jamás. Los veteranos del 'Grupo Swing' que quedábamos y los mejores alumnos que había en aquel momento formamos un cuerpo de baile de gran calidad que dio el máximo en una actuación de más de 40 minutos con todos los bailes coreografiados, incluyendo un tango dificilísimo bailado por ¡9 parejas! simultáneamente. Además Rafa y yo estrenamos dos nuevos 'solos' que habíamos estado ensayando durante casi un año: un mambo y un chachachá respectivamente, con los que pretendíamos quitarnos de encima para siempre la fama de especialistas en tango que arrastrábamos desde que nos presentamos al concurso de Avilés. Lo conseguimos, ciertamente, pero fue la primera y última vez que los bailamos.

Lo del festival a favor del Proyecto Hombre —ONG que lucha por la rehabilitación de los drogodependientes, por si no la conocéis— supuso nuestra despedida definitiva de la academia y la vez que actuamos ante un público más numeroso: unas 2000 personas, según los organizadores. Se trataba de una de esas actuaciones multitudinarias en las que cada artista interviene 5 ó 10 minutos y hay un constante desfile de gente por el escenario. A nosotros nos tocaba bailar después de que cantara Jerónimo Granda y todavía recuerdo su cara de sorpresa cuando se cruzó conmigo entre bastidores, al verme con toda la parafernalia de tanguero, incluyendo el sombrero negro calado hasta las cejas. Luego, cuando vio a los demás, entendió de qué iba la cosa y se partía de risa. Recuerdo que fue una actuación complicada. El suelo estaba lleno de cables y teníamos miedo de tropezar o electrocutarnos porque llovía bastante, pero todo salió bien y tuvimos mucho éxito. Incluso el público que estaba en las gradas para protegerse del agua, se fue acercando durante los bailes y al acabar había un montón de gente al pie del escenario aplaudiéndonos.

Aquel fue un verano extraño para mí. Por un lado estaba entusiasmado con el JIVE y quedaba a menudo con Rafa y algunas chicas para practicar, así que bailábamos un montón. Pero, por otra parte, saber que en octubre no empezaríamos un nuevo curso y no volveríamos a participar en actuaciones nos ponía tristes y procurábamos no pensar demasiado en ello.

De una manera u otra, fue el final de una era. Cuando pienso ahora en ello, soy consciente de que en aquel momento pude dejar el baile para siempre. A mucha gente le ha pasado. Dejas las clases y poco a poco también dejas de bailar. ¡Sin embargo no fue así! Por el contrario, las cosas no han podido irme mejor desde que dejé la academia. No sólo he seguido bailando, sino que nunca he dejado de progresar. Cuando abandoné las clases, lo que me había enseñado Estrella constituía el 80% de lo que sabía —el resto eran las acrobacias y los pasos de tango que Rafa y yo sacábamos de vídeos—; actualmente dudo que pase del 30%, y no porque se me haya olvidado, sino porque desde entonces he aprendido muchísimo más. Lo que nunca negaré es que los dos años que duró el GRUPO SWING y el tiempo que estuvimos bailando en 'La Real' fueron sin duda LA EDAD DORADA DEL BAILE EN GIJON y yo, desde luego, estoy orgulloso y feliz de haber contribuido a ello.

Copyright 2004 © www.bailafacil.es | Diseño: CybertoWM | Texto: faux | Todos los derechos reservados