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¿Quién iba a sospechar que la I Espicha BAILAFACIL celebrada el año pasado tendría continuidad? Y no sólo eso, sino que innovamos nuevamente y volvimos a cambiar de sitio, y ya puestos, hasta de día: por una vez y sin que sirva de precedente organizamos uno de nuestros eventos en viernes, en vez de sábado. ¡Renovarse o morir! Bueeeno, vaaale, en realidad lo hicimos porque el Lagar El Fugitivo, que fue donde lo celebramos, tiene todos los sábados noche reservados para sus propios rollos. En fin, el caso es que nuestra II Espicha BAILAFACIL tuvo aún más éxito que la primera y logró reunir a nada menos que 124 comensales el pasado viernes 21 de febrero de 2014.

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Por 20 ridículos euros de nada nos metimos entre pecho y espalda un brutal menú a base de croquetas, calamares fritos, gambas exhibicionistas —a la gabardina—, embutidos variados, chorizos criollos, patatas en tres salsas —ninguna ligera—, costillas a la parrilla y, diox me libre, yo no la probé, ensalada. Con lechuga, tomate y cosas así. Todo ello regado con abundante sidra, vino y, vade retro, satanás, agua. Embotellada y rica, según los escasos chaladoshay gente pa' to'— que se arriesgaron a ingerir semejante fluido insaboro y transparente. Lo cierto es que todo estuvo delicioso y fue tan abundante que, aunque no lo creáis, sobró cantidad. Rematamos el zampicidio con postres variados —diversos tipos de tartas, claro—, cafés y una copita, o más, de sidra achampanada, cortesía de la casa. Riquísima también, por cierto. Total: 10.000 calorías por persona. Más o menos. ¡Nada que no se arregle con tres horitas de baile, tranquilos!

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Después, tras la habitual y fulminante recaudación ejecutiva de todas las cenas —Hacienda tendría mucho que aprender de nosotros, jeje—, seguida de un igualmente rápido ajuste de cuentas con el restaurante, pudimos comenzar con lo que nos interesa: el bailoteo. En esta ocasión, el sonido fue suministrado por dos equipos portátiles de Emma y míos, conectados en línea para incrementar al máximo su potencia, que funcionaron razonablemente bien a lo largo de toda la noche y se encargaron de proporcionar la habitual música variada que constituye nuestra marca de fábrica, o sea, merengue, bachata, pasodoble, vals, tango, rock, salsa, cumbia, bolero, swing, blues, chachachá, fox, etcétera, etcétera.

Por cierto que, ahora que ya pasó todo y salió bien, ya podemos confesar que no las teníamos todas con nosotros de que el improvisado equipo de sonido tuviera potencia suficiente para tantos como éramos. De hecho, temíamos que, en caso de tener que subir el volumen demasiado, se sobrecalentara o sonara mal. De ahí que nos reservásemos la opción de limitar el aforo —nuestro número crítico estaba entre 130 y 140 personas—, a pesar de que en El Fugitivo caben de sobra 200, 300 o más comensales. En los ensayos previos había ido bien, pero no es lo mismo probar unos altavoces con el local vacío que cuando está lleno de gente, con muchísimo más ruido, humedad, etc. En cualquier caso, todo lo referente a la música salió de perlas, así que aquí paz y después gloria... bailonga, como puede observarse en las fotos.

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Por lo demás, y si os estábais preguntando si hubo Ai se eu te pego... ¡Por supuexto! Y también la típica sevillana que solemos pinchar casi siempre, alguna rueda cubana —dirigida por Emma: mi garganta ya no está para semejantes trotes—, algún númerito tanguero o rocanrolero del menda... Son pequeños 'descansos' de apenas 2 ó 3 minutos que no rompen el ritmo de la fiesta y dan algo de variedad a la continua sucesión de canciones populares y ritmos fáciles que mantienen constantemente dentro de la pista a la inmensa mayoría de los presentes.

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Finalmente, a las 3 de la madrugada —hora que habíamos acordado con el lagar— dimos por concluido el baile, aunque hasta pocos minutos antes todavía quedaban más de 60 bailarines en la pista aprovechando hasta el último acorde de música, como puede verse en las imágenes. En resumen, otro evento que salió fenomenal, con una comida y trato excelentes —especialmente en la relación calidad-precio— y un baile posterior tan divertido, variado y multitudinario como siempre. ¡Gracias a todos por colaborar en el gran ambiente que hubo!

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A continuación tenéis un pequeño vídeo-resumen de la espicha grabado durante el bailoteo posterior. Perdón por las interferencias luminosas en la imagen: una mala ubicación de la cámara —combinada con el brillo de los candelabros— del Fugitivo fastidió varias tomas.

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